—Todos le esperan, emperador.
—Enseguida voy.
Pobres terrícolas. Tan indefensos y además, tan predecibles… No saben que esta Nochevieja les privaremos de su libertad. Avanzo hasta la sala de reuniones. Veo a mis tres generales de confianza ansiosos por comenzar la invasión.
—Repasemos el plan por última vez.
—El ataque se llevará a cabo en veinticuatro horas humanas, emperador —comienza a explicar el general Yldi—. El primer paso a realizar será la supresión, a las 0:00 del primer huso horario, de todas las comunicaciones: nuestra flota destruirá todos los satélites que rodean al planeta y activaremos la antena gigante que hemos instalado en la cara oculta de la luna para inhibir cualquier clase de comunicación más primitiva.
—Entonces, ¿también perderemos el uso de aplicaciones como TikTok, Twitch o Discord? —pregunté preocupado.
—Así es —respondió el general Wekt—, es un daño colateral que todos sufriremos, su excelencia. Una vez destruidas las comunicaciones, aprovecharemos el momento de euforia y embriaguez de estos seres primitivos para el comienzo de la abducción masiva.
—¿Podéis recordarme cómo haremos para no alertar al resto de la población no abducida? Me preocupa que la pérdida de comunicaciones les permita sospechar y comenzar alguna clase de intento de ofensiva en las 23 horas siguientes.
—Llevamos meses formando influencers en nuestras líneas —respondió mi último general—. Suplantaremos y controlaremos las comunicaciones en las regiones no invadidas. En fin, están tan acostumbrados a ver a sus iguales haciendo cosas raras que no sospecharán nada al ver a seres de nuestra especie imitándolos. Nuestros responsables de inteligencia dicen que los terrícolas creerán que todos los influencers estarán colaborando para aparecer disfrazados de la misma forma en sus canales.
Comienzo a reír y mis generales se unen a mi risa de forma armoniosa.
—¡Tentáculos a la obra! Aprovecharé para repasar las últimas tendencias antes del ataque.
Me ha encantado, enhorabuena.
Saludos Insurgentes