«pronto estare en un lugar de paz»

Hace un par de meses llego un oficial a mi casa, mi mamá antes de abrir la puerta me dijo que corriera; sin embargo, no lo hice, en la escuela me dijeron que me mantendrán a salvo, no hacerlo, era traición y muy tonto. Cuando el hombre entro a la casa y vio a mi papá en silla de ruedas, simplemente le dijo a mi mamá que lo sentía mucho y me llevo a la fuerza hasta una camioneta.

Luego de que me alejaran de mi familia, lo que sucedió es borroso. Solo recuerdo cambiar mi guardapolvo blanco por un traje verde y la mochila por una caja de balas y un fusil.

Las primeras noches lloré mucho porque no estaba acostumbrado a dormir sin Toto, mi peluche; sin embargo, ya no le tengo miedo a la oscuridad, ya que las estrellas me alumbran, como las que tenía pegadas en el techo de mi habitación. Ya no voy a la escuela, aunque hay un señor que siempre nos relata la historia del país para motivarnos, así que cuando vuelva al cole no me va a ir tan mal en historia.

Ayer mi amigo de la escuela, Mauro, venía corriendo en medio del campo de batalla, yo hice lo que me enseñaron cuando veía alguien allí y dispare. Mi general dijo que hice lo que debía, que Mauro se equivocó y que no lo culpara tampoco porque era solo un niño, me dijo que se fue a un lugar de paz, aunque yo no lo entiendo porque su cuerpo sigue ahí. Me dijeron que yo también me iría a un sitio de paz si las cosas seguían así, y que talvez encuentre a mi mamá, espero que eso pase rápido porque no me gusta estar acá.