-Va, Charlie...
-Que no, que... -y sus colegas empujan a Charlie, obligándole a entrar.
-Perdone, ¿dio a luz ya una mujer rubia con un coche azul?
-Pero... ¿quiénes son y qué quieren? ¡Creen que es forma de entrar aquí, un poco de respeto!
-Pero... Bueno, perdone, señorita...
Charlie y sus dos colegas eran tres personas sin hogar, tres mal llamados sin techo. Pero Charlie y sus dos colegas tienen más humanidad que muchos de nosotros, los "con techo".
¿Qué hacían allí? Pues viajemos en el tiempo...
Esa mañana, una mujer baja del coche, con expresión de dolor, acompañada de un apuesto hombre.
Charlie y sus dos colegas están todos los días en el aparcamiento del hospital. Ayudan. No piden nada a nadie, solo están allí, sin más.
Ese hombre necesitaba una silla de ruedas para su mujer, la cual empezó a marearse. Ante la desesperación y el pasotismo del personal de recepción, les pidió ayuda.
- Perdonen, ¿podrían ir a buscar ayuda? Mi mujer...
-Gracias, Feliz Navidad - y el futuro padre les dio unos billetes.
Charlie y sus colegas solo querían hacer el bien, solo querían darle el regalo, por lo que salieron resignados... Allí fuera estuvieron esperando junto al coche, sin moverse. Sin malicia, queriendo ser agradecidos con aquel hombre que les había pedido ayuda sin ver la etiqueta de "sin techo" que la sociedad les había colocado.
Saludos Insurgentes