Max era un chaval irresponsable al que solo le interesaban sus videojuegos. Por eso se sorprendió el día que, mando a distancia en mano, ayudó a aquel tipo con chaqueta de cuero que desde el televisor rompía la cuarta pared y se dirigía a él.
—¡No cambies de canal! ¡Tú! El de la camiseta de Maniac Mansion!
Alucinó.
—Pon «Magic Tessa», en CanalSeis…
—¿Quién eres?
—Kiral Demir. Y, alerta spoiler, en dos capítulos me casaré. Pero quiero a Tessa y necesito salir de aquí.
Se conocieron en un crossover donde Kiral, el de la telenovela turca y el anuncio de calzoncillos, ayudaba a Tessa a resolver misterios. Max se sintió ridículo, pero accedió a hablar con ella. En pantalla, la bruja descolgaba un teléfono retro. Jamás lo hubiera creído: escuchó su voz.
Pasó días zappeando entre ambas series y trasladando mensajes de amor cual Cupido adolescente. Max comprobó que solo podía hablar con sus protagonistas durante los estrenos de sus capítulos. Un día leyó que «Magic Tessa» no tendría cuarta temporada, así que intentó algo estúpido: superponer dos fotogramas. Pero solo tenía una oportunidad.
Minuto 43. Tessa salía de una cafetería bajo la lluvia. Kiral la miraba al otro lado de la calle con ojos vidriosos. Cruzaban. Y, entonces, pasaba un autobús. Fundido a negro y créditos.
¿Qué había pasado? En las redes hablaban de un final muy distinto. Apagó la televisión tembloroso, con un nudo en el estómago, dolor en el corazón y sin estar seguro de si había sido real.
Al día siguiente de camino al instituto, bajaba las escaleras del edificio cabizbajo cuando una pareja subía, entre bromas y risas. La chica se detuvo, le guiñó un ojo y, ante su estupefacción, continuó su camino. Cosas maravillosas que solo ocurrían en el mundo de Tessa.
PRÓXIMAMENTE: TEMPORADA DOS
Me ha gustado, muy original.
Esperando con impaciencia la segunda temporada.
Saludos Insurgentes.
Enhorabuena