«Tiempo a través de los tiempos»

Después de que Perseo me cortara la cabeza, y reuniese un grupo de serpientes, y los colmillos de un jabalí para convertir mi cabeza en la de un monstruo, pensé que todo había acabado.
Sin embargo, tras estar un rato a oscuras, de pronto, sentí como mi cuerpo volaba a través de muchos túneles luminosos, dejando tras de sí sólo imágenes vagas, recuerdos de mis visiones, y de mis vivencias en mi vieja y destruida patria. 
El extraño trayecto concluyó, y me encontré sentada en una extraña taberna bajo la luz del sol. Enfrente de mí había un joven, que me miraba extasiado. Un tabernero nos servía dos licores de cereal rebajado con el zumo de un extraño fruto, en un recipiente extraño y transparente, de un material desconocido para mí. 
Le miré a los ojos, y de repente mi cuerpo se estremeció, ¡era él, con otro cuerpo, otro aspecto y olor! Le sonreí, entusiasmada, mientras le decía:
- Sé quién eres
Él me devolvió la sonrisa, y acercando su rostro hacia mí, me contestó:
-Y yo sé quién eres tú, mi amada Maidiussa, ahora y siempre, en todas las realidades y tiempos. Te he estado esperando.

Bebimos el licor, pagamos al tabernero, y dimos un paseo por aquel nuevo y extraño mundo, todo entero para nosotros. Un lugar donde nadie nos conocía, ni nos perseguiría, ni nos juzgara. Una nueva oportunidad que no desaprovecharíamos.
Cuando concluimos el paseo, fuimos a una hospedería, que en este mundo llaman "hoteles" y allí... ninguno de los dos nos convertimos en piedra.