«Una pareja tradicional»

Cuando Helena y Juan Mari se conocieron, mantuvieron una gran conversación donde descubrieron que compartían dos manías importantes, la homofobia y la xenofobia. Además, buscaban lo mismo; crear una familia tradicional con un trabajo perfecto y una casa perfecta.
El mismo día de la boda tuvieron su primer encuentro con lo que para ellos, era algo anormal en la vida. El cura que les iba a casar no pudo asistir a la ceremonia y en su lugar pusieron al párroco de un pueblo cercano, del que se decía, que iba dejando plumas por donde pasaba.
Lograron comprar la casa de sus sueños con un gran jardín donde pudieran jugar los futuros niños. Pero, una gran decepción llegó el primer día en pareja tras volver del viaje de novios. Sus nuevos vecinos se acercaron a invitarles a una fiesta de bienvenida, se trataba de una pareja muy jovial, sin embargo, los dos se quedaron estupefactos al ver que eran dos hombres, Manolo y Paquito. Demostraban quererse mucho, se presentaron con las manos entrelazadas y cuando volvían hacia su casa se besaban con pasión. Helena y Juan Mari cerraron la puerta boquiabiertos.
Nueve meses después llegó el gran momento, el nacimiento de su primer hijo. En el hospital les acompañaban los abuelos plenos de felicidad para conocer al primogénito. Después de doce horas dilatando y tres grandes empujones sin epidural, nació Ismael, el primer niño negro de una pareja supuestamente blanca. El primero en desmayarse fue el padre, después la madre, no sin antes soltar un grito exorbitante que fue escuchado desde el exterior del hospital.
Lógicamente Juan Mari pensó que su amada esposa le había engañado con otro, después descubrió que un tatarabuelo de Helena, fue un emigrante senegalés.
Actualmente reciben ayuda psicológica para criar al pequeño Ismael.