Todo empezó aquel día en el que desesperada por las noches que llevaba sin dormir, decidió tomarse una Dormidina. Surtió efecto, durmió toda la noche de un tirón. Al despertar, un soniquete persistente se instaló en su cabeza. Las notas empezaron a agruparse formando una preciosa melodía. Un ritmo frenético se apoderó de todas sus fibras, transformando los odiados folios en blanco en partituras y versos que armoniosamente, se entrelazaban como dos amantes.
—Por fin las musas han venido a visitarme— pensó ilusionada.
Tras varias semanas de intenso trabajo, sin apenas tiempo para comer ni dormir, dio a luz a su retoño. Su manager estaba pletórico, tras varios años de sequía creativa, por fin iba a tener algún ingreso, el mercado musical estaba en declive y esto suponía un golpe de suerte. Toda la maquinaria se puso en funcionamiento y tras un trabajo importante de marketing y publicidad, por fin, saldría a la calle el disco.
La mañana siguiente a la presentación, se sentó frente al ordenador con ansia de alimentar su ego. Pero cuando vio, que en todos los medios de lo único que se hablaba era de PLAGIO, el suelo se abrió bajo sus pies para engullirla sin misericordia.
Ahora, cuando está a punto de precipitarse desde la azotea, un nuevo soniquete interrumpe su llanto y puede ver a las musas revoloteando burlonas a su alrededor. De un certero bofetón las lanza al vacío, se enjuga las lágrimas y vuelve con un nuevo brillo en los ojos.
Aunque podría ocurrirle como la vez anterior.
Queda votado.
Me ha gustado, enhorabuena.
Saludos Insurgentes.