Mi nombre es Anthony y no he tenido una vida nada fácil. Pensarás que eso nos pasa a todos, pero tal vez cambies de idea cuando conozcas mi historia.
Siendo todavía un bebé, mi madre fue asesinada y mi padre, fue juzgado y condenado, sin contemplaciones y sin que nadie quisiese perder el tiempo en buscar al verdadero culpable. Dos meses más tarde fue encontrado sin vida en su celda.
Crecí en casa de mi abuela materna, que nunca llegó a recuperarse del golpe de perder a su hija. Ella fue la que me contó cómo mi madre atravesaba una fuerte depresión postparto y cómo mi padre se desvivía por hacerla sentir bien. “Aunque ella dudara a veces, te quería”, terminaba siempre diciendo mi abuela al contarme la historia.
Ahora, 24 años después del asesinato de mi madre, tengo ante mí a su asesino. Su aspecto no es muy diferente al que aparece en los libros que he ido consultando, es siniestro y dista mucho de ser humano.
Él, me mira a los ojos y sonríe.
-Voy a hacerte una pregunta. Si contestas la verdad vivirás, si por el contrario me mientes, yo seré lo último que veas.
- Adelante, dije con una determinación del que lleva años esperando ese momento.
- ¿Alguna vez te has alegrado de haber perdido a tu madre tan pronto?.
Ahí estaba, la pregunta que parece tener una fácil respuesta. Y la tuve, porque aunque parezca cruel, sí que maldije a mis padres en más de una ocasión por dejarme tan pronto y me quise hacer a la idea de que fue lo mejor, para poder sobrevivir.
-Sí.
Aproveché los dos segundos de incredulidad ante mi respuesta.
Sus ojos miraron hacia abajo viendo como yo sacaba el cuchillo y manaba su sangre.
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Enhorabuena
Saludos Insurgentes