Mis amigos dicen que tengo agorafobia. ¡Qué tontería! Lo que tengo es un atroz hartazgo de la gente, no la soporto. No quiero salir, en mi casa tengo lo que necesito, y lo que no, lo pido por internet. Cualquier cosa que necesito, me la trae un repartidor, al que ni tan siquiera veo la cara, ¿para qué?
Mi pasión es la música, escucharla y componerla, pero he descubierto que para eso tampoco necesito salir de casa, para eso se han inventado las plataformas musicales, ahí subo todas mis creaciones, nunca me he preocupado de que alguien las escuche o no, aunque alguien debe hacerlo, porque todos los meses me llega una pingüe transferencia con la que voy sobreviviendo. Y eso que toda mi música la subo con un nombre inventado, no quiero dar mi nombre verdadero, he querido desaparecer del mundanal mundo y así seguirá.
Anoche todo pudo haber cambiado, cuando de madrugada me entraron unas ganas irresistibles de beber cerveza, y tuve que bajar al “chino” de la esquina a por ella.
Entro en la tienda, cojo mi pack de seis latas cuando voy a pagar me dice el “chino”, en un sorprendente buen español.
—Yo te conozco.
Yo le digo, con tono antipático.
—No creo.
—Sí, te conozco, eres Freddie.
Yo sigo igual de seco y le contesto:
—Sí, Freddie Krueger.
Me dice:
—No, Freddie Mercury.
Y se pone a cantar: “Barcelonaaa…”
—Pero, ese está muerto, no puedo ser yo.
Le digo mientras le dejo un billete de diez euros y amago con marcharme, pero el chino insiste.
—“We are the champions…”
Me di la vuelta y le estampé el paquete de cervezas en la cabeza, no tuve más remedio, me había descubierto.
Saludos Insurgentes
Buen relato. Votado 😉👍🏼