«Y después creció»

Era pequeño de estatura, posiblemente el más pequeño de la clase. Este chico de 9 años estaba metido en grandes problemas por causa de algo en lo que ni siquiera había participado; los demás alumnos habían puesto pintura azul (acuarela) en la silla de la profesora; la verdad, él había presenciado todo, pero no era capaz de reunirse con aquellos niños que además le hacían bullyng constantemente por ser "enano", introvertido, y pasar el tiempo de recreo haciendo dibujos " Raros"; tampoco era capaz de decir quienes habían sido los culpables. La mirada intimidante de la profesora, y un fuerte azote en la palma de su mano con aquella larga regla de madera, hicieron que dos o tres lágrimas, corrieran por una de las mejillas del chico que trataba de contenerlas con todas sus fuerzas para no mostrar debilidad . Ahora estaba de espaldas a la clase y de frente a aquella alta pared verde. Algunas risillas hicieron voltear lentamente la cabeza del pequeño que con los ojos inyectados en rabia, pensó: << Algún día todo cambiará... Como que me llamo, Adolf Hitler>>. Y después... Creció.