«Zombises»

"Hoy podemos afirmar que el último núcleo zombie ha sido eliminado. La población ha de saber que, si quedan, deben vagar solos, por lo que se mantendrá un mes preventivo de estado de alarma mientras los ejércitos van peinando palmo a palmo el planeta. Fin del comunicado".

La radio, nuestra mayor enemiga, ahora me ha informado de la posibilidad de ser el último de los míos. Puedo dejarme matar y que la sociedad vuelva a recomponerse o luchar hasta el fin.

¿Acaso es culpa mía de ser humanóvoro? ¿No lo era yo antes? Yo podía conducir coches como éste de la radio, podía abrazar, soñar, tener una vida normal, pero me contagié y tengo hambre.

Vagar no me ayuda, sólo me distrae del problema. Ahora puedo decidir el futuro. ¿Por qué yo? Me falta un brazo, media cabeza y cojeo. ¿Qué tengo de héroe o villano? El mundo es cruel y no soy más que una víctima más. ¿Es posible otra solución?

Un joven me ha visto y carga contra mí con un palo con punta afilada. ¡Espera! ¡Escúchame! No sé qué hacer. Si de ti dependiera tu raza, ¿La salvarías o la dejarías morir? Yo no puedo decidirme, es demasiada responsabilidad...

Pareces comprensivo, gracias por darme un momento. Tal vez sea mejor arrodillarme con la mirada al suelo, así habrá paz...

Adelante, hazlo.

Hazlo.

¡Hazlo!

¿Nunca lo has hecho y por eso titubeas? Ya entiendo.

Aprovechando su inseguridad, me abalanzo sobre el y me como su cerebro mientras gime de dolor. La sangre me empapa y el horror me abriga. Esto no vale para zombie, pero iré cazando a los mejores para exterminar a la humanidad.

Terrible es la piedad del hombre, que salva crímenes.

-¡Hoy no será ese día! -dijo rompiéndole el cráneo con un marro-.