Todo ocurrió el pasado 8 de octubre, mi vida cambió a los 8 años aquel fatídico día en el que la tierra tembló, la montaña se derrumbó y la lluvia desbordó el río e inundara al pueblo entero.
Ese día Germán y yo estábamos jugando en la calle, éramos buenos amigos, todo era felicidad hasta ese momento que como digo tembló la tierra, una tormenta hiciera derrumbar la montaña que protegía al valle, esta abrió una brecha por la que manó más agua del río y bajó en forma de catarata.
La gente corría y gritaba, mi madre nos cogió de las manos y echamos a correr, el agua llegaba al pueblo en forma de una ola de barro arrasando todo a su paso, corríamos y corríamos pero más avanzaba el agua, vimos como las casas caían o quedaban inundadas en el barro.
Sin apenas darnos cuenta los tres nos vimos rodeados de agua pero la fuerza brutal nos separó, yo intentaba salir nadando y como pude me agarré a una madera que flotaba, poniendo toda la escasa fuerza que me quedaba llegué a un lugar alejado del agua y de mi casa, me levanté y me volví para buscar a mí madre y a Germán.
Después de caminar mucho escuché voces conocidas, las personas daban vueltas y lloraban, otros parecían sonámbulos, les pedí ayuda, pregunté por mi madre, ninguno contestó ni me miraron. Parecían unos desconocidos, solo quería a mi madre, vi a una vecina y me acerqué a ella, ella me miró llorando y se alejó.
Pasaron horas, estaba solo, nadie quería ayudarme, no sabía qué hacer, me sentía triste y dolorido, en ese momento alguien tocó en mi hombro, me volví y allí estaban Germán y mi madre. Nos abrazamos y juntos lloramos. Ya no estaba solo.
Con un bonito final, esperanzador.
Enhorabuena
Saludos Insurgentes