Nos han traído en un carro enjaulado desde Zurragamurdi a realizar un auto de fe.
La inquisición, encabezada por el licenciado apostólico, Alonso de Salazar y Frîas nos ha arrestado, delatada por nuestros propios vecinos, acusándonos de que somos brujas, simplemente por tener la ropa más blanca, por curar a nuestros hijos con plantas, por no acudir a los actos religiosos, por hablar el euskera, por participar en akelarres... Cualquier acto fuera de lo que la iglesia mandaba era considerado ser una bruja.
Nos encarcelan y nos hacen todo tipo de torturas, primero nos rapan el pelo, nos pinchan con todo tipo de punzones.
-¿Que hacéis en el monte?
-¡Solamente cantamos y bailamos!
-¡Eso es invocar al diablo!
Los niños lloran asustados, estan allí junto a sus madres, inocentes, sin saber que está pasando.
Nos suben a unas plataformas y nos atan a unas estacas de madera. Algunas gritan, aterradas, otras callamos, no hay escapatoria, nos van a quemar.
En ese momento no sabía que íbamos a ser las últimas personas en España sentenciadas por brujería. Si ellos dicen que por ser como soy, me consideran bruja, si, lo soy, no me arrepiento de ello, no he hecho nada malo, ellos, ellos son los que están asesinando. Empieza la hoguera a arder, yo pienso en mi hija, a escapado y se ha escondido en la cueva, está embarazada, sonrió al pensar en lo que serán mis descendientes, se convertirán en los nietos de las brujas que quemaron.
Noviembre, año 2022, representación del auto de fe en la plaza de mercado de Logroño, hago el papel de bruja en honor a mis ancestros.
Y peor aún...sigue ocurriendo en la actualidad indistintamente a antaño...pero sigue ocurriendo.
Enhorabuena compañera!
Saludos Insurgentes
Saludos