EL DÍA PARA BILLY
El dolor de cabeza es insoportable. Con mucha dificultad consigo entreabrir mis ojos, mi visión es muy borrosa y no logro ver dónde estoy, solo acierto a ver mi pijama verde.
Llevo mi mano a la nuca y al mirarla está cubierta de sangre. El pánico se apodera de mí.
Un flash viene a mi mente. Voy a tirar la basura, voy tarareando “Between us” de Gregory Andrews, un famoso pianista al que siempre me comparan por mi parecido físico. Abro el contenedor, y algo golpea con fuerza mi nuca.
Alguien entra en la habitación y me trae a la cruda realidad.
-¿Creías que ibas a irte de rositas, Gregory?. Nos debes mucho dinero y creo que no te quedó claro lo que pasará si no pagas.
-¿Gregory?. No, no… se equivoca. Soy Billy Moser, soy cocinero – acierto a decir, con la poca seguridad que me deja el pánico-.
-Claro, claro que sí, y yo no soy el camello a quien le debes la pasta. Soy Marilyn Monroe. O pagas esta misma noche o no vuelves a ver el sol en tu vida.
EL DÍA PARA GREGORY
Ya casi son las 20.00 y estoy a punto de salir a dar otro concierto, ya perdí la cuenta de los que han pasado desde que perdí el interés en la música. En cambio, aquí sigo, tocando las mismas canciones una y otra vez, mientras pienso en el momento de poder regresar a mi habitación y que las drogas puedan evadirme de esta pesadilla.
Salgo y el público suspira al verme. Me dirijo a abrir el piano y mi mundo se para. Al reaccionar y ver que no deliro, distingo un hombre que podría ser mi gemelo, con un horrible pijama verde, muerto dentro del piano.
El final mezclando dos supuestos del reto es muy original!
Me la apunto, je, je.
Enhorabuena!
Saludos Insurgentes