«Cambio de cuerpo»

El timbre de la puerta me despertó temprano, unas dos horas antes de lo que acostumbraba a levantarme. Según avanzaba por el pasillo tuve una extraña sensación, aunque no le di mucha importancia, pensé que simplemente estaba medio dormida. Al abrir la puerta fue cuando me llevé una gran sorpresa, la persona que esperaba en el umbral era yo misma. 
Cuando desperté del desmayo, esa yo pero que no era yo porque mi mente seguía en mí pero mi cuerpo lo tenía la otra persona, esa persona que resultó ser un escritor muy guapo pero que ahora no era guapo porque el guapo era yo, me puso un espejo delante para que entendiera lo que estaba sucediendo.
Me quedé tan confusa y sorprendida que no podía mediar palabra, me toqué el rostro para confirmar que lo que visualizaba en aquel espejo era real. Lo siguiente que toqué fue algo de lo que la noche anterior no colgaba de mí. Jack, el escritor, me rogaba que no se la tocara pero, ¿Cómo no me la iba a tocar?, ahora estaba en mi cuerpo y tenía que aprovechar la ocasión. Él para chincharme comenzó a tocarse mis pechos pero me limité a mirarle con picardía y preguntarle si le gustaban.
Después de orinar de pie por primera vez y echarme unas risas, nos sentamos a conversar para solucionar el problema.
El día anterior habíamos coincidido en un nuevo bar del barrio, casualmente nos atendieron a la vez en la barra y bebimos lo mismo, un Gin tonic. Recuerdo que lo observé para alegrarme la vista. Él también me miró pero por otra razón, me había sentado sobre la manga de su chaqueta.
Decidimos volver al bar a pedir explicaciones. Al llegar, un camarero con voz de chica nos dijo:

- Bienvenidos al club.