«Cleopatra: su muerte ante mis ojos»

- Que pereza ir hora al museo - dijo Álex levantándose de la cama.
- Eso te pasa por haber elegido la carrera de historia. - le dijo su amiga Lorena -. Eras tu el que dijo que tenía que recoger información sobre la exposición que está ahora.
- Si no fuese porque de este trabajo depende mi nota final, hacía un copia-pega de Internet - la contestó mientras cerraba la puerta.

Ya en el museo, Álex se fue directo a una de las salas.

- Que raro que dejen tocar una pieza en estos tiempos - comentó extrañado.
- Ya que estás, cógela tu también. - le animó Lorena -. Pero échate gel antes que a saber quien ha sido el último en tenerla en sus manos.

Álex cogió el busto para verlo detenidamente y coger información cuando de repente cerró los ojos y dejó de escuchar lo que estaba pasando en el museo.

Al abrirlos vio frente a él a Cleopatra tendida en una cama y a punto de ser mordida por una serpiente. La reina egipcia era uno de sus personajes históricos favoritos y, al tener la oportunidad de salvarla de la muerte, no lo dudó ni un segundo y dejando caer el busto de la reina fue a por la serpiente.

Al tocar el busto el suelo, de repente Álex se vio corriendo en medio del museo. Gracias a esa pieza había podido ver en directo la muerte de Cleopatra.

Pero no solo no había podido salvarla, sino que había destrozado un busto del siglo I contra el suelo.