¡Lo conseguimos! ¡Con las manos en la masa! A continuación, te cuento cómo lo logramos.
Como era imposible que nadie pudiera creerse que un viejo gordinflón viniera, el día de Nochebuena, montado en un trineo tirado por unos renos; se detuviera en los tejados de las casas y pudiera colarse, por sus estrechas chimeneas, para dejar decenas de regalos; mi hermano y yo trazamos un plan magistral para demostrar que nos estaban tomando el pelo a todos.
Un par de días antes, subimos al tejado y colocamos, estratégicamente, media docena de sensores infrarrojos que activarían unas cámaras de visión nocturna, cuando se produjese el aterrizaje. Esos mismos dispositivos nos despertarían, en caso de quedarnos dormidos, para seguir el desarrollo de nuestra táctica en tiempo real. Por si fallaba esta primera parte, colocamos varios cientos de clavos bajo la ceniza de la chimenea. Los gritos del supuesto Papá Noel, al pisarlos, nos alertarían de inmediato. Y claro está, de cara a no tener que esperar hasta el año siguiente si las dos medidas anteriores no daban sus frutos, diseñamos un plan estrella infalible; una reja que caería a plomo, obstruyendo la vía de escape a través de la chimenea, nada más entrase en el salón el hombre de rojo. Allí estaríamos esperando nosotros para captar unas instantáneas y demostrar al mundo lo que era más que evidente.
Cayó la noche y, tras la cena y el turrón, nos fuimos a acostar. Cuando todo estuvo en silencio, mi hermano y yo bajamos al salón a esperar la inminente llegada desde el Polo Norte. Minutos después, un pequeño golpe seguido de un “¡Auch!” y un nuevo impacto, nos alertaron. El flash de la cámara reveló una esbelta figura femenina y una larga melena que encubrían una mirada que nos retaba desafiante. Ahora todo cobraba sentido.
00Mama noel! Divertido y fresco! Está todo medido al milímetro!😀
Saludos Insurgentes