Hace muchísimos años dos especies de homínidos convivieron: Homo Sapiens y Homo Neanderthalensis. A pesar de la alta resistencia física del segundo este no consiguió desarrollar una capacidad de adaptación a las inclemencias del tiempo como sí hizo su predecesor, y así fue como el Homo Sapiens se convirtió en la especie dominante hasta dar lugar al ser humano actual. Aunque esto solo es una teoría, otros historiadores sugieren que ambos procrearon y de su unión surgieron nuestros ancestros. Me decanto por esta última, sinceramente. Además el cuadro favorito de mi abuela (que preside el salón de nuestra casa) recrea como pudo darse esa convivencia entre ambas especies, en el dibujo se puede observar como una mujer anciana le entrega una antorcha a un pequeño neardental. Aquella escena forma parte de una leyenda que atesoramos en nuestra familia, una historia que mi abuela le contó a mi madre y en la actualidad le narro a mis retoños a la hora de dormir.
―Mami, ¿por qué no puedo enseñarles este cuento a mis amigos? ―me pregunta Lidia, la menor.
―Porque no están preparados para conocer la verdad. La Gran Sabia fue la primera de nuestra estirpe y ya sabes como el miedo a lo desconocido atenaza el corazón de los hombres ―le respondo, esbozando una amarga sonrisa.
Una tímida llama carmesí, acompañada de unas tenues luces azuladas, iluminan la penumbra de la habitación. Los espíritus de anteriores hechiceros y hechiceras del fuego velan por nosotros. Conocemos el pasado, sabemos bien lo que hicieron los 'cazadores' contra las 'brujas'. Deseo evitar un cruento destino para mis hijas, así que debemos controlar y esconder nuestra magia del resto del mundo mortal.
― Nuestro secreto debe ser protegido, mi tesoro. Buenas noches. 'Que el espíritu del fuego guíe tus pasos y disipe las tinieblas de tus pensamientos'.
Desde niña siempre me ha apasionado inventarme historias dentro de mi cabeza. Gané un concurso de…
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