EN MI INTERIOR
Son las 7:30 y todavía me queda la clase de canto con Lory. Desde que tenía 8 años, he cumplido fielmente con mi aprendizaje, pero el cansancio empieza a hacer mella en mi.
Mi madre me metió en esa clase, impulsada por mis ganas de cantar durante todo el día . Con bastante esfuerzo mantuvo el pago de unas clases nada baratas, con la esperanza, de que su hija consiguiera tener ese sueño. Mi esfuerzo y mis ganas de aprender, hicieron que la maestra se fijase en mis dotes. Pocas perlas pasaran por sus manos sin que alcanzaran las estrellas, decía.
Animada, comenzó a inscribirme en concursos, adquiriendo soltura en la interpretación y seguridad en el escenario. En aquel momento de mi vida, no sentía dolor, eran todo experiencias nuevas y viajes continuos.
Llegó el día de una grabación en la televisión autonómica. Llevaba ensayando durante días, y casi sin dormir, me presenté. Mis fuerzas estaban muy debilitadas. Entre bambalinas,de las pocas veces que podía venir, mi madre me daba ánimos. En el momento de pisar el escenario mis pasos se hicieron pesados y lentos. Los focos, el público, el jurado o L. en la esquina del público estudiaban cada uno de mis pasos. Comencé a sudar y las piernas me temblaban, era el comienzo de mi debacle. Me acerqué al micrófono y empecé a cantar o mejor dicho, a abrir la boca pero no reproducía sonido alguno. Me dejaron repetir una segunda vez, pero el resultado fue el mismo. Mi voz se había quebrado y no sabía la respuesta.
En los meses siguientes visité a médicos recomendados por L,con resultado negativo en todos ellos. Yo sabía que necesitaba descanso y escribir el final de un capítulo, donde ella no estaría mas.
Gracias por tu comentario y tu atención!
Un saludo!
La vida y la voz valen más que una actuación... Cuerpo descansado, dinero vale!
Saludos Insurgentes
Buena narración. Votado el relato 😉👍🏼