«La charla de Karin»

Estoy nerviosa, ¡va a venir Karin Slaughter a mi pueblo! Desde que lo supe no duermo bien, tengo todos sus libros, ¿Cuántos llevo para que me firme sin ser pesada? Ya lo hablaré con Mari, la librera, que tiene más experiencia en estos temas.
Ya ha llegado el día, en dos horas dará la charla. ¡No me lo puedo creer!, me ha llamado Mari toda nerviosa, Karin se ha subido a la segunda planta de la librería y ha desaparecido. Voy para allá, esto es digno de uno de sus libros, lo que espero es que no acabe como algunos de sus personajes.
Nada, Mari, su marido Emilio y yo hemos pateado toda la tienda (que tampoco es tan grande aunque tenga dos plantas) y no la hemos encontrado, en media hora es la charla. ¡Cómo han cambiado los planes de hoy! Emilio ya ha llamado a la guardia civil (esto parece un caso de Bevilacqua) si, si, leo mucha novela negra y Silva es de lo mejorcito que tenemos actualmente. Vale, que me he montado mi propia historia y Karin no aparece.
Aquí dentro no hay nada que hacer, en la tienda no está, voy a investigar por los alrededores mientras aparece la Benemérita.
La he encontrado, ¡yo!, no me lo puedo creer. La tía mucha novela negra y asesinatos, pero desaparece y la encuentro, sin un rasguño (menos mal) y en la tasca de Julián tomándose unos chatos y un bollo preñao.
Le digo que la anda buscando todo el mundo, riéndose y algo beoda contesta que desde la ventana que hay arriba, le llegó un olor a embutidos delicioso, como no vio a Mari, salió solo un momento.
Final feliz, no me ha firmado nada, con las prisas no traje ni uno, pero seguirá escribiendo buenas historias.