Me dispuse a dormir acompañada siempre por mí gato Orión.
Llevaba un rato dormida cuando escuché golpes en la puerta, Orión se metió asustado debajo de la cama.
-¡Abre bruja, maldita bruja abre o echaremos la puert....
No acabaron la frase cuando un grupo de hombres entraron en mi casa.
-¡Por favor no me hagáis nada, no he hecho nada, dejadme ! - decía aterrada con lágrimas en los ojos.
Mi cuerpo estaba dolorido, mis pies desnudos sangraban, mi garganta afónica de gritar : ¡Soltarme, por favor, no he hecho nada soltarme!
Me dejaron tirada en medio de la plaza, la gente se arremolinaba y me gritaba - ¡bruja, hechicera!
-Os he curado miles de veces, he sanado vuestra almas, eso no es brujería, es sabiduría, por qué me hacéis esto.-decía mirando a cada uno de los que estaban allí.
Todos callaron cuando de entre la muchedumbre salió una anciana
El pueblo entero quedó en silencio.
Yo me levanté y comencé a andar hacia mi casa, con la cabeza alta mirando a los asistentes, alguien me puso una toquilla sobre los hombros.
Esta vez, me había librado pero... ¿Hasta cuando?
Pero...hasta cuándo y nunca mejor dicho, porque desgraciadamente sigue ocurriendo.
🤦🤦🤦🤦
Saludos Insurgentes
Saludos Insurgentes