Así estuvo un rato hasta que crujió una ramita. Olor a quemado, lamentos ambientales, profusa desesperación... Ha venido. ¿Qué puedo hacer? ¿Para qué está la cruz en lo alto? Da igual, la piedra es fría e inservible. Cuchillo en mano, me dispongo al combate. Nada a la zurda, diestra despejada, vanguardia segura, ¿y la espalda?
-Hola
El cuchillo vuela por los aires, mi carga es imparable, pero mi fuga, inalcanzable. Pezuñas ardientes me persiguen.
+¡Ya basta! Se acabó la humillante desbandada, ya que haces que me aleje de mi destino. ¡Ven aquí! ¡Basta ya!
-¡Aquí estoy!
Vuelo por los aires. El golpe me abrasa y las rocas sedentes amortiguan mi caída. Huesos quebrados, pero puedo moverme. ¡Le he visto! Ya no hay salvación. Piedra preparada y atino. Cabalga endemoniado hasta que Glaukópis ataca a la cara. El demonio no puede con tan augusta ave. El día ha llegado, salvado estoy. Adiós Valle de Ricote.
Muy bueno.
Votado queda.