«Observo el futuro, recuerdo mi pasado»

Hola Iago :

Quizás pienses que lo que estás viendo son solo los huesos desordenados de otro de los muchos soldados que morimos luchando hace dos mil años. ¡Que tiempos tan distintos!

Ahí no tenía porqué llegar un virus desde miles de kilómetros de distancia para llevarte por delante. Tan solo tenías que ponerte frente a los que querían ocupar los territorios donde estabas y ¡zas! De una lanzada en el costado se acababa todo. Así morí yo.

Por lo que veo esa parte de mi cuerpo no está en esta vitrina. Tan solo unos cuantos huesos del pie, un fémur y varias costillas. Pero también mi cráneo. Aunque ya con las cuencas vacías, puedo ver a mi último descendiente vivo frente a mi tras mas de ochenta generaciones.

Tienes mi misma mirada. Sencilla pero abierta a cualquier curiosidad que tengas delante. Y ahora esa curiosidad son mis restos.

Aunque hay otras muchas vitrinas, te has parado frente a la mía. Incluso te has hecho un retrato con un objeto muy extraño. ¡Y sin usar ni lienzo ni pinceles como antes!

En estos tiempos en los que las fotos se quedan almacenadas en esos aparatos tan raros, puede que nunca mas la mires. O lo mismo la acabas borrando para guardar momentos mas importantes.

Sea como sea, me alegro de haberte conocido y de ver que una parte de mi sigue viviendo en este mundo que a mi se me redujo a mi casa, mi pequeña familia y mis pocas pertenencias. Espero volver a verte en la próxima visita que hagas al museo.