Podía haber acabado peor.
Cada uno arrastra su cruz. Las hay de muchos tipos. Unas adoptan forma de jefe explotador; otras, de padre autoritario y algunas, como la mía, tienen un toque almibarado con regusto a hiel.
Aquella noche, cuando estaba tirando la basura, un escandaloso grupo de adolescentes tardías, náufragas en un mar de alcohol, se cruzó en mi trayectoria y una de ellas reparó en mí.
—¡Mirad, es el cantante de Y6! —exclamó, sin saber que el parecido con ese famoso era mi cruz.
El resto dejó de bramar para fijarse bien. Se acercaron, me dieron palmadas, abrazos, incluso un conato de manteo y una, la más guapa, agarró las solapas y me plantó un beso de rosca. Perdí la noción de la realidad mientras su lengua hacía minuciosas prospecciones dentro de mi boca. Cuando, por fin, se despegó, vi los ojos de la embriaguez poseyéndola y decidí volver al portal.
El grupo retomó el camino cantando “clavelito de mi corazón”. Yo no lograba acertar con la llave por los temblores, no sé si de excitación, euforia o desamparo y sólo quería subir a casa para quitarme el sabor de la cebada destilada.
Pero no llegué a abrir.
—Cabrón, te voy a matar —dijo una voz amenazante. Antes de poder darme la vuelta, noté un dolor agudo en los riñones, provocando que mis rodillas se doblegasen—. He visto cómo te morreabas con mi novia.
A pesar del daño, empecé a entender.
—No la conozco de nada —respondí pariendo las palabras.
—¡Mentira! —gritó soltando otro puñetazo que repelí y cayó al suelo.
—Mira —dije poniéndome encima— si desconfías, corta con ella.
—¡Antes, la muerte!
Lo vi desnortado y le ofrecí un chocolate caliente. Con el líquido espeso de la verdad se explayó a gusto y lamentó su vida. Pero yo callé como siempre, alimentando más mi odio.Maldito hermano gemelo de buena voz.
Saludos Insurgentes
La suerte es como las musas, o las ideas, que de rama en rama va y nunca se quedan quietas.
Buen relato. Enhorabuena 😉👍🏼
Votado.