«Piedra oscura»

La muchedumbre avanzaba ruidosamente por los altos pasillos del museo, observando cada vitrina con falso interés. Eran vistazos rápidos, personas que no sabían lo que veían, que solo juzgaban su apariencia. Algunos, con rostros condescendientes, hablaban con sus acompañantes para darles probablemente alguna lección de la historia que no vivieron, y de la que nadie sabrá jamás.

Se detiene de pronto delante de una vitrina. Una presión tira de su pecho, y su mirada se ve atrapada por el objeto que se halla en su interior. Una piedra oscura, pequeña y rugosa. "Meteorito de procedencia desconocida, encontrado al norte de Rusia". Todo parece silenciarse a su alrededor, y su vista se emborrona para solo mirar fijamente la pequeña piedra, que, por un momento, le pareció que palpitaba.

Un tirón y todo se aceleró a su alrededor.

-¡Mira! ¡Una piedra! - una voz infantil le hizo abrir los ojos, extrañado. Observó a una niña corriendo a través de un campo. Cojeaba, y su forma de moverse le dio a entender que estaba enferma. La niña se agachó y agarró la piedra, ignorando las advertencias de su madre.

Un grito. La mano de la niña empieza a ennegrecerse como si la piedra estuviera devorándola. Filamentos de sombra empiezan a rodearla, y la niña cae al suelo, sin voz. Durante unos eternos segundos, se ve como temblequea, y cuando la niña parece dejar de moverse, la sombra se detiene también. Por un momento cree verla dudar, casi observando el cuerpo de la pequeña, preguntándose si estaría muerta o no.

Un nuevo grito. La madre hace acto de presencia y la sombra se esconde. Entonces todo empieza a girar nuevamente, y nota como es expulsado de la visión. 

Lo último que pudo ver antes de regresar, fue a una gigantesca sombra que parecía querer abrazar a la mujer y más.