Sin Son, ni Ton...
La niña de la caperuza roja, con la sensualidad y la astucia propia de mujer adolescente, sedujo finalmente al lobo y cuando éste se durmió, (agotado de sexo...),ella lo mordió en la yugular con sus recién estrenados dientes de vampira.
Acto seguido, se fué a una orgía organizada por siete enanitos sádicos en un burdel regenteado por una blanca dama de piel color nieve. Dicha dama, en ese preciso instante, se encerraba con tres cerditos lascivos en su bello chalet en medio del bosque llamado Sherwood, dando rienda a sus mas bajos instintos. A esta fiesta se sumó un joven cazador gay, el cual recientemente se había desligado de una anciana abuela dominante, mezclada, según se cree, en asuntos narcos...
Mientras tanto, en el viejo taller a punto de cerrar, de un abuelo violento, de oficio carpintero, su único nieto de larga y afilada nariz, trata de explicarle al ambicioso anciano que insiste en hacerle practicar fútbol, que nunca llegará a jugar en el Barsa y menos un Mundial, ni en sueños...Este niño, se sabe, es para los deportes...de madera!!!
Un relato entretenido y jocoso. Se ha hecho corta su lectura, no tanto por la extensión, sino por la facilidad y accesibilidad del lenguaje.
Seguro que Bukowski también disfruto de este relato.
Queda votado.
Saludos cordiales.
Fonseca.