Como cada día, Linda caminaba 6 kilómetros para ir a trabajar. En sus zapatos raídos se veía que en Alabama no todo iba bien dependiendo del color de piel que tuvieras.
Ese día el frío era insoportable y decidió coger el autobús. Sabía que no podía, la ley estaba contra su tono de piel. Aun así, quiso enfrentarse y paciente aguardo en la parada en la cual todos la miraban incrédulos mientras oía insultos hacia su persona. 5 minutos tardó en llegar el autobús, los cuales pasó fuera de la marquesina porque nadie le cedió el lugar.
Cuando se abrieron las puertas y aun estando la primera, empujón tras empujón fue relegada al último lugar a la voz de "fuera de aquí negra, hueles mal".
Linda quiso alzar la voz pero las represalias podrían acabar en algo peor que solo unas hirientes palabras, así que calló y aguanto el chaparrón como pudo. Al llegar su turno, empapada y tiritando intentó subir pero dos pasajeros poniéndose delante de ella la empezaron a increpar.
– Fuera de aquí negra.
– Tu sitio está en la calle, no aquí.
– ¡Aquí no vas a entrar!
Una lágrima empezó a brotar pero ella decidida pisó el primer escalón y avanzó. Un empujón hizo que resbalara pero no cayó, y tampoco cejó en su objetivo. De nuevo intento subir y al hacerlo un bofetón fue lo que recibió mientras oía "negros fuera".
Al final el conductor se levantó, le tendió una mano ante el asombro de todos y cuando parecía todo arreglado de un empujón rodó los peldaños del autobús cayendo al frío y húmedo suelo de la calle. Todos rieron, el chofer cerró la puerta y marcharon dejando a Linda abandonada y siendo el hazmerreír de todos los viandantes.
Saludos Insurgentes
Muy humano.