«Un monstruo viene a vernos»

¡Qué majas van las mellizas hoy! Y yo... espectacular... Nadie diría que tengo treinta y siete años y dos hijas de cinco. Somos las tres brujas más ganiales del vecindario.
-¡Mira mami como vuelo!
-Despacio María, no tropieces con la escoba...
El barrio está lleno de decorado. ¡Qué pasada! Algunos jardines parecen auténticos museos del terror.
-¡Mira mami un mimo!
-¿Podemos ir?
-Claro cielo, vamos.
Oye, pero que disfraz más original. Mitad del cuerpo es un mimo clásico pero la otra es un mimo sangriento... mira como hace gestos con una y se responde con la otra... ¡Qué original!
Ahora no entienden lo que les quiere decir con sus gestos... Espera que podemos estar toda la noche aquí si no.
-Os está diciendo que os cambia un abrazo por unos caramelos.
¡Ay! No quieren abrazarle por el lado siniestro. Qué graciosa Carmencita, mira como espera a que acabe su hermana para abrazarle por el lado del mimo bueno... Pero oye... Ese abrazo... Un poco largo... La niña quiere soltarse ya... ¡No puede ser!
-¡Oye! ¿Quién eres? ¡A ver quítate la máscara!
Creo que he gritado demasiado. A ver sus ojos... No puedo creerlo... Esos ojos...Es él...
-¡Vámonos niñas, ahora! ¡Tú, no te vuelvas a acercar a nosotras!
Mira como corre el desgraciado.
Ahora en el coche llamaré a la policía...
Como lloran estas niñas. No puedo disimular mi miedo. Espera que me seco las lagrimas...
Señor Jesucristo por favor ayúdanos... No dejes que se acerque a las mellizas... Me pregunto cuando habrá salido de la cárcel...

Por fin en casa.
Me muero por contar a las mellizas que son fruto de una violación y que sepan que su padre es escoria. Que yo fui una de sus víctimas. 
Aún no, son muy pequeñas.
Un día les contaré que los monstruos no viven debajo de la cama, ni en el armario, si no que son humanos y se ocultan debajo de disfraces.