Mi trabajo, en ocasiones, me saca de la monotonía y despierta mis sentidos ¡Qué diferente es a la universidad!
Soy joven, pero ya estoy cansada; un cansancio más mental que físico, de abatimiento e impotencia. El peso constante de una mochila que poco a poco se llena, sin apenas darme cuenta: Déficit de atención, TDH o posibles casos de Ásperger leve son detectados y tratados en el colegio, conviviendo con ellos hasta los 12 años. Todo esto, unido a la falta de información y educación social de muchos niñ@s.
Ayer vino una niña nueva; sabíamos de su incorporación, pero, junto al departamento de orientación preparamos unas clases de apoyo; pues a pesar de que hay niños de raza negra, en clase no hay ninguno.
Elisa entró acompañada de la directora. Estaba como un flan; su anterior colegio, en Francia, le encantaba, y siempre vio con desilusión el traslado de su padre a la fábrica de automóviles de la ciudad. Se imaginaba que la iban a recibir con recelo, todos eran blancos; pero su desparpajo y actitud superó ese obstáculo.
Los primeros días fueron duros, pero unas niñas la arroparon en seguida; a pesar de que otras, imponían su amistad a la de una niña “negra”; nunca la dejaron sola. Optaron por hablar con todo el mundo, sin importar su color de piel. Sin embargo, todavía escuchaba voces en el patio que aludían a su fisionomía que deberíamos desterrar… “ ¡Ahhh!…la de la nariz chata”.
A pesar de tener información, damos pasos hacia atrás, y como Luther king decía: "Debemos llegar a ver que el fin que buscamos es una sociedad en paz consigo misma, una sociedad que puede vivir con su conciencia" de ahí mi deseo de ser un GUIA... ¡Espero conseguirlo!.
Me ha encantado, enhorabuena.
Saludos Insurgentes
Mirar hacia otro lado impide que una sociedad avance.