-Lis, te he dicho que no necesitas llevarte tantas cosas,vendrán a recoger lo que falte.
- Estoy tan emocionada, mudarnos a otra ciudad, cantaba .
Lis era la pequeña de tres hermanos, a su padre lo habían destinado a San Francisco, y toda la familia estaba revolucionada por el cambio.
Llegaron a una urbanización con un guarda de seguridad en una garita, frente a una vaya cerrada.
-No admitimos vendedores ambulantes -dijo con desprecio al ver a los cinco ocupantes de la furgoneta hasta arriba de cosas.
Disculpe, no somos vendedores, venimos a vivir aquí.
¡Identifíquese! -Le gritó de malas maneras
Soy el comandante Hausoon y ellos son mi familia, ya habíamos hablado con el gerente para anunciar nuestra llegada.
El de seguridad tragó saliva.
-Bueno, perdone ,no sabía que ustedes...
-¿Que ustedes que ? Que éramos negros ? ¿Algún problema con ello?--No disculpe pase.
Al mirar por el retrovisor se dió cuenta de que llamaba a alguien por teléfono y le dio la corazonada de que no habían empezado nada bien su nueva vida.
Una familia de " negros " en una comunidad de "blancos" sabía que iba a costar adaptarse, sobre todo a la pequeña, que había sufrido bullying en el antiguo colegio, pero seguían manteniendo la esperanza en la humanidad. En una humanidad que aprendiese a ver el color del alma, antes que la piel.
Una historia reivindicativa y esperanzadora, me ha gustado, enhorabuena.
Saludos Insurgentes