Como cada 24 de diciembre los niños se preparan para la llegada de Papá Noel, y Borja no iba a ser diferente. Junto a su árbol colocó un vaso de leche con galletas, para Papá Noel, y un puñado de zanahorias que había lavado con su madre, para los renos. Junto a esto dejo una nueva carta para él, “Gracias por los regalos, te queremos”, pues bien dice siempre su madre que es de buen nacido ser agradecido. Tras esto les dio un enorme beso a sus padres y se marchó a dormir.
No fue capaz de dormir en toda la noche.
Alrededor de las 5 de la mañana escucho el sonido de un montón de cascabeles tintineando, y aunque intentó no moverse de la cama acabó levantándose y saliendo de su habitación. Sigilosamente se acercó al salón, donde se encontraba el enorme árbol de navidad. ¡ALLÍ ESTABA PAPÁ NOEL!
Sentada en el suelo junto a la mesilla se encontraba una mujer con el pelo completamente blanco, vestida con un traje rojo y dorado, ¡COMIENDOSE LAS GALLETAS! Un grupo de renos se comía las zanahorias.
Borja no podía creerse lo que sus ojos veían. ¿y si estábamos equivocados durante todo este tiempo?
No se atrevió a moverse del sitio, se quedó quieto y callado observando lo que la mujer hacía. Antes de irse, dejo un montón de regalos para toda la familia y un sobre rojo junto a un enorme regalo: SIGUE PORTANDOTE BIEN BORJA. FDO: NOEL.
Tras esta noche, Borja intentó convencer a todo el mundo de que era Mamá Noel quien repartía los regalos, nadie le creyó.
Y es que no sólo rompía los esquemas creados por la sociedad, si no que nunca nadie se imaginaba que una mujer sería tan valiente y bondadosa como para recorrer el mundo entero por todos los niños.
Saludos Insurgentes