Me llevé una gran alegría cuando mi amigo Miguel, me pidió que participara como jurado en el concurso de jóvenes talentos que estaba organizando en su ciudad. El concurso que se celebraría en el teatro principal emulaba el famoso programa, Tu Cara Me Suena. Otra cosa fue cuando me dijo quien sería una de mis compañeras de jurado, nada menos que Aida Nízar. La polémica concursante de relitys como Gran Hermano o Supervivientes.
No me preocupé demasiado, y me autoconvencí de que aquella mujer no podía ser tan conflictiva, y realmente lo que hacía en televisión era interpretar un papel.
—Seguro que es una mujer dulce y amable y lo pasaremos bien— Me dije.
Llegado el día del evento, pude comprobar lo que equivocado que estaba. La que prometía ser una noche de diversión y felicidad, se convirtió en un auténtico infierno. Aquella mujer no era como se mostraba en televisión, era peor. Discutía cada una de mis valoraciones y las del resto del jurado, gritando, insultando. No solo a nosotros, sino a todos los concursantes, todos y cada uno de ellos salía llorando del escenario. No le importan los abucheos del público, al que también increpaba.
En definitiva, se convirtió en la protagonista de una gala, en la que solo deberían importar aquellos muchachos que, con tanta ilusión habían preparado sus actuaciones.
Es imposible describir todo lo acontecido aquella noche en tan solo trescientas palabras, y aún hoy después de los años, no sé si aquella mujer era realmente así o no supo distinguir entre la televisión y un pequeño teatro de un pueblo. Porque no quiero pensar que puede haber personas con tanta maldad.
Este relato o no relato, está basado en hechos reales.
Una historia real como la vida misma, tristemente.
Gracias por contarnos esta historia, tan real como la vida de injusta muchas veces.
Saludos Insurgentes.