«Cobrar lo mío y olvidarme de tu olor»

"¡Que no soporto su olor, joder!" grita María. Rompe la lámpara y azota la puerta del productor soltando un: "¿cuántas veces más te lo tengo que decir?". 

Son días de tensión en el plató. ¿Es realmente un plató? Son días de desconcierto en la 'casa'. ¿Es realmente una casa? 

Todos sabían de qué iba el show cuando fueron elegidos tras el casting. Todos sabían cuánto ganarían, y quién ganaría. Lo que no sabían era cómo sucedería eso, y qué tendrían que hacer para ganar lo prometido y para que 'gane' quien ya está acordado. 

En pocas palabras, todos creían que sabían. Pero 'creer' es fe; saber es otra cosa. 

"Ya está, déjalo ir. María, tú y yo, una vez fuera, estaremos juntas. Se acabará este esperpento, cogeremos el coche y nos iremos juntas a follar a una playa, la que sea. ¡Siempre juntas, escúchalo bien!", le dice Nekane al oído a María. Le besa el cuello, la coge fuerte de la mano. María se limpia una lágrima.

"Mira niñata, es la última puta vez que rompes las reglas del juego. Cuando entraste, firmaste. Sabías de qué iba esto. Así que o te pones en plan cursi con Javi o mañana mismo el abogado de la productora se encargará de que no vuelvas a pisar un plató en tu puñetera vida. ¿A que ya lo has entendido?", dice Marcos, el productor. Su voz, densa como el humo de un puro, jamás se altera, jamás se convierte en un grito. Sus palabras duelen, sus ojos matan.

"Venga Javi, intentémoslo de nuevo", dirá María.

"¿Podrías fingir un poco mejor, no lo crees?", responderá Javi.

"Gilipollas. Ni a ti te van las tías, ni a mi los fachas como tú, pero yo quiero cobrar lo mío y olvidarme de todo esto... incluido tu (insoportable) olor", cerrará María.