«Confesiones»

“Amor de mi vida,
¿Qué sería de mi vida sin tu amor?

Cuando estas cerca,
el corazón se acelera,
y tu necesidad me acecha.

Quiero que tu risa,
sea la banda sonora de cada uno de mis días.
Que tus brazos,
sean mi manta.
Que tus bromas,
sean mi sentencia

Me gustaría no guardar secretos,
ser para ti transparente,
pero todos tenemos abismos.
que no nos gusta mostrar.

Nos da vergüenza ser imperfectos,
aunque la perfección no exista.

Hoy la culpa me hace
que tenga algo que confesar.

Llevo conmigo una petaca,
una carga,
de la que no me puedo desprender.

Me controla,
me limita,
me protege de aquello que tengo mal.

Desde hace años,
unos papeles pautan mi vida.
A la que no puedo añadir
ni una pizca de azúcar
para endulzar.

Mi cuerpo,
es la definición de traición,
no produce algo que necesito
y me lo tengo que añadir.

Carezco de una proteína,
a la que llaman insulina.
Esta te controla la cantidad de glucosa
que tu sangre transporta.

A mi me deja libre,
haciéndome presa
de las consecuencias.

Si me quedo contigo,
tendrás que tirar
y no solo amar.

Soy la condición 
de nuestro amor.
Porque aunque te puedo dar mucho,
¿cuánto te voy a quitar?

Te dejo que decidas,
si quedarte a mi lado,
o alejarte,
para tener algo,
que sea mejor.”

Te dije yo.


“Crees que no te veía,
pero siempre he sido consciente,
de que tienes impedimentos,
que te perseguirán toda la vida,
y yo quiero ser uno de ellos.

Yo aguantaré tus normas,
a cambio de que tú,
aguanten mis bromas.

Si tu eres la condición,
¿dónde firmo
nuestro acuerdo de amor?”

Me respondiste.