«El manuscrito de Panero»

Fran, Richi y Javi paseaban sin rumbo. Subieron a un monte, más bien era un vertedero. Aburridos rebuscaban entre la basura por si encontraban algo. Descubrieron varias películas. Javi recogió algunas.

—Hostias. Dame Taxi Driver — dijo Fran.

—Ni de coña, pa eso me la he encontrao yo...

—Venga va... no seas avaricioso, si las has cogido todas, cabrón.

—Ni de coña, otra.

—Barrio.

— No, tío. Esa tampoco.

—Cabrón, las quieres todas para ti.

—Tío, esas me flipan.

—Avaricioso de mierda. Al menos dame Pretty Woman pa mi vieja.

— Las encontré yo. Venga, esa sí.

Fran cogió la película bruscamente y se alejó. Rebuscando encontró un manuscrito.

—Mirad: un manuscrito, parece auténtico, me suena. Leímos algo en clase, el poeta ese loco. Panero se llamaba. Los poemas molaban, puteaba a Dios y a España.

—Manuscritos auténticos… estás tonto.—dijo Richi.

—Cierto, lo ha podido escribir cualquiera. —dijo Javi.

—Envidiosos, lo venderé, y los libros. Y me ganaré una pasta.

Richi y Javi reían.

—Seguro que son verdaderos, y estos libros valen una pasta. Los venderé y sacaré una pasta, os van a dar por culo. Investigué al Panero después de leerlo en clase y he visto como era su letra original, y su hermano Michi lo odiaba, seguro que él ha tirado todo esto aquí.

—Yo también lo investigué, por una película que hicieron sobre él, me llamó la atención, resulta que ese tío vivía en Canarias, no en Madrid, ¿Cómo van a llegar aquí sus manuscritos? —dijo Javi.

—Yo qué sé…

—El Michi ese creo que la palmó también…—dijo Javi.

—Pues los tendría otro…

Fran se fue enfadado cargado de libros y manuscritos.

—Puede ser verdad, que sean los manuscritos del poeta loco y ahora este se forra…—dijo Richi.

—El loco es él. Se ha picado porque me he quedado casi todas las pelis... —dijo Javi con indiferencia.

—¡Déjame algunos libros para sacar pelas! —gritó Richi.

—¡Qué os jodan! —gritó Fran resentido alejándose.