—¡Capitán! He encontrado a este polizón en el compartimento de carga, entre los sacos de grano. Se subió al barco en un descuido antes de zarpar.
—Muy bien muchacho, ¿qué estás haciendo aquí?—preguntó el capitán.
—Necesito ir con vosotros al nuevo mundo. Mi vida no tiene sentido, mi madre murió y ya no tengo nada por lo que luchar. Solo tengo unas monedas en el bolsillo y un corazón lleno de sueños.
—Te perdono la vida, como castigo estarás en el puesto de vigía, hasta que te ordene bajar.
— ¡Lo que ordene mi capitán!Charles permaneció más de cincuenta días vigilando el horizonte, bajando únicamente para hacer sus necesidades. Comía, dormía y se tostaba al sol en el punto más remoto del navío.
Las esperanzas escaseaban entre la tripulación, después de todo ese tiempo en alta mar, sabían que morirían si no llegaban a buen puerto.
Una noche cerrada, Charles avistó tierra, mientras que una niebla espesa se acercaba hacia ellos.
—¡Tierra!¡Tierra!
Desde arriba vio cómo la tripulación corría despavorida por la cubierta: se chocaban, balbuceaban palabras que no llegaba a entender. No podía abandonar su puesto, su tarea era informar desde arriba.
—¿Hay alguien ahí?¿Capitán?
Después de llamar una y otra vez, el barco se sumergió en la condensada niebla. Miraba hacia estribor, hacia babor, la punta de la proa se difuminaba y la popa se perdía en la inmensidad. No veía nada. No había nadie.
Permaneció en silencio unos segundos, los cuales se hicieron eternos en la más absoluta calma. Fue aterrador.
Charles despertó con el embiste de la nave sobre el arrecife. Las olas chocaban contra ella sin descanso. Bajó hacia la cubierta y lo que encontró fue estremecedor. Todos estaban muertos.
Escuchó un crujido por la borda, se giró, y allí estaba, una mujer con mirada esmeralda le invitaba a irse con ella, cantando una bonita melodía…
Puede ser que le hayas querido dar un aire desenfadado y surrealista, intuyo eso.
El giro final me ha encantado!
Enhorabuena!
Saludos Insurgentes.
Un final que ayuda a trabajar las elucubraciones de la imaginación. Enhorabuena.