«ESCONDIDO»

Llevo 20 años viajando y sumergiéndome en los conflictos bélicos más importantes como corresponsal de guerra. He sido muy bueno en mi campo y he ganado muchísimo dinero. He vivido como un rey y me he dado todo los caprichos que me imaginaba.

Pero a mis 40 años, estoy sin trabajo y con una cuenta bancaria rozando los números rojos. Por eso cuando un amigo periodista de una cadena televisiva me comentó del estreno de un nuevo reality show, pensé que podría ser el momento perfecto para ganar bastante dinero de forma rápida.
Al principio todo fue bien, la convivencia no tuvo ninguna repercusión negativa. No podíamos tener comunicación con el exterior pero, como es sabido por todos, siempre se filtra información.

Un día fui llamado al confesionario y tuve que abandonar el programa de forma fulminante sin ninguna explicación. Al salir del concurso tampoco estaba invitado a los debates semanales, dónde se hablaba directamente de mi viaje a Irak y de cómo tuve que huir de allí antes de que me metiesen en la cárcel.
No podía creerlo, cómo habían conseguido aquella información si el mismo presidente, Barham Salih, me hizo sellar mis labios.
En breve los medios de comunicación de todo el mundo se harían eco y el presidente se encargaría de encontrarme y encerrarme.
Salí de casa con el poco dinero que tenía en metálico, me fui al aeropuerto mas cercano y desde allí cogí el vuelvo que me llevaría a un país de Latinoamérica.

Ha pasado más de un año y para mucha gente fue el presidente de Irak quien me hizo desaparecer. Actualmente vivo en un poblado indígena del Caribe y se que nunca podré volver a la civilización. No puedo ser acusado de ser el amante de Sarbagh Salih, mujer del presidente.
¡Sería mi muerte!