Mi pueblo. Qué momentos tan maravillosos he vivido en él. Desde muy pequeño he veraneado con mis hermanos y mis padres. Desde Barcelona hasta Cáceres. Cuando no existían los cinturones de seguridad ni los reposacabezas en los asientos traseros. Tampoco el aire acondicionado ni autovías en todo el trayecto. Las idas al pueblo se convertían en eternos viajes de discusiones fraternales. Y ¿Qué decir de las típicas frases con las que atormentábamos a nuestros padres; ¿Falta mucho?, ¿Cuándo llegamos?.
Hoy he encontrado mi diario infantil. Lo tenía escondido en el fondo de un cajón de calcetines, donde nadie lo pudiera encontrar y leyera mis peripecias. Me ha hecho recordar aquel verano en el que besé por primera vez. Dice así.
1 de agosto de 1988
Querido diario, hoy hemos llegado al pueblo. El viaje ha sido agotador y abrasador. Mi hermano Juan casi me vomita encima, menos mal que mi madre es precavida y siempre guarda bolsas para el camino. He dormido a ratos, es complicado, ya que mi cabeza reposaba en la cadera de mi hermano Juan y los pies apestosos de mi hermano Alberto rozaban mi nariz.
Mis abuelos se han alegrado mucho de vernos. Nos han comido a besos y a abrazos. Estoy muy contento pero muy cansado. Me voy a dormir.
2 de agosto de 1988
Hola diario. Hoy ha sido un día increíble. Primero me he despertado con el gallo de Faustino, nuestro vecino. Después he desayunado leche recién ordeñada, de la tía Paca, con rosquillas de la abuela, y como era muy temprano para salir a jugar he acompañado a mi abuelo a ordeñar las ovejas.
He jugado durante horas con mis amigos, que llevan aquí desde que terminaron el colegio, qué suerte. Carlos, el de Madrid, se ha traído un balón y hemos estado jugando a fútbol. Después de jugar una media hora, el balón se ha colado en el gallinero de Faustino y como ha caído sobre los huevos recién puestos por sus gallinas, se ha quedado con el balón.
Mañana vienen mis primos de Bilbao. No sé cómo vamos a dormir, dice mi madre que tirarán colchones al suelo.
3 de agosto de 1988
Buenas noches diario. Hoy voy a escribir poco, mis primos andan muy cerca, demasiado cerca. Hoy he recibido muchas collejas de mi primo el mayor. Creo que me va a arruinar las vacaciones.
4 de agosto de 1988
Aquí estoy de nuevo. Hoy hemos ido a bañarnos al río. Mi madre y mi tía han preparado tortilla de patata, filetes de pollo y ensalada. Mi tío no ha soltado la bota de vino en todo el día y mi padre ha colocado una sandía entre unas piedras del río para mantenerla fresca. Mi primo David y yo nos hemos subido a un árbol y hemos podido ver un nido con huevos. Nos lo hemos pasado muy bien.
5 de agosto de 1988
Hola diario. Como ayer nos quemamos con el sol, hoy hemos tenido un día tranquilo. Mis primos, mis hermanos y yo hemos visitado el huerto de mi tío, el del pueblo. Sus higueras repletas de higos nos han atraído tanto que nos hemos subido a sus ramas para saborear tan delicioso fruto. También hemos recolectado moras por el camino. Ahora me duele un poco la tripa, no sé si podré probar la tarta de moras que está preparando mi madre. Mejor me voy a la cama sin cenar.
6 de agosto de 1988
Querido diario. Hoy ha sido un día muy especial. Mi amigo Ramón me ha presentado a su prima de Sevilla, se llama Laura, y es guapísima. Me siento raro. A penas he podido comer, mi madre dice que estaré encubando algo y yo le he comentado que habrán sido las moras y los higos de ayer. Sin embargo, mi primo el listillo, el de las collejas, ha informado a toda la familia que lo que me pasa es que estoy enamorado. Qué estupidez.
7 de agosto de 1988
Hoy el estúpido de mi primo nos ha enseñado a manejar su escopeta de perdigones. Nos hemos colocado en las traseras de las casas y sobre una cerca de piedra, unas latas viejas esperaban a ser tumbadas por nuestros disparos. Me he sentido tan observado con Laura a mi lado que he fallado el tiro, aunque sí he acertado a darle a algo, a la oreja de un burro. He salido corriendo y me he escondido en casa. A los diez minutos estaba el dueño con su burro en la puerta, explicando lo ocurrido a mis padres. Estoy castigado.
10 de agosto de 1988
Hola diario, ya estoy aquí. Llevo tres días sin escribir porque encontraron mi diario y lo tuve que esconder. Hoy por fin se han ido mis primos y en la casa se respira más calma. Laura y yo hemos quedado para merendar, me ha preguntado que cómo puedo comer tan rápido, es que cuando me pongo nervioso como a la velocidad del rayo pero eso no se lo he contado. Hemos jugado a cartas y al parchís. Y cuando nos hemos despedido hasta mañana se ha acercado y me ha besado, creo que me he puesto rojo porque he sentido mucho calor en el rostro. Qué guapa es, y su sonrisa, sus ojos, su pelo... me gusta mucho.
11 de agosto de 1988
Querido diario. Hoy he disfrutado de un bonito día. Laura y yo hemos paseado cogidos de la mano. Recorriendo las callejas del pueblo nos besábamos en cada paso. Me ha pedido que le dijera algo en catalán, yo le he dicho "t'estimo". Jamás olvidaré este día. Sus besos saben a fresa y su piel es tan suave como el terciopelo. Su cabello me acariciaba consolando la despedida, pues mañana volvemos a Barcelona. Todo pasa tan rápido. En nuestro último beso nos hemos prometido amor eterno, aunque los dos sabemos que pronto lo olvidaremos. La distancia y el comienzo del instituto curarán nuestro amor.
«Esos maravillosos veranos en mi pueblo»
988 palabras
8 minutos
111 lecturas
Reto creativo
«Historias de verano»
¿Nostalgia por los veranos de la infancia? ¿Dificultades para gestionar las vacaciones con los peques? Escribe una historia donde el protagonista sea un niño o niña que vive una peripecia inesperada durante el verano.
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Descriptivo y con una narración impecable.
¡Esos veranos tan dulces de la infancia y adolescencia!!
Saludos Insurgentes
Saludos Insurgentes
Me gusta mucho la estructura que le has dado al relato-
Enhorabuena :)
Me encantó☺