En la televisión todo se magnifica.
Sin conocerla me fascinó. Solo la miré a los ojos,
me invadió ese calor por dentro que todo lo erradica,
y mi vida dio un vuelco, sumiéndose en un caos.
En la televisión hay miles de ojos.
Una palabra, una mirada azul como la suya,
caí prendido de su embrujo ambicioso,
dejando una estela de sentimientos soñados.
En la televisión hay engaños peligrosos.
Bebí de su dulce cáliz, travieso frenesí
y los dos, intoxicados en ese aire vicioso,
en el que nadie veía lo que albergábamos.
En la televisión emiten pedazos de mi.
Mi realidad se vio truncada a desengaño,
ella conjeturó que mi amor era baladí,
renunciando a mi refugio altruista.
En la televisión el amor se paga caro.
Cuando menos lo esperaba me lo dijo,
ella brillaba con la luz de otro faro,
yo lo sentí en mis entrañas, sentí morir…
En la televisión un adiós es para siempre.
Nunca volveremos a estar juntos,
las cámaras grabaron lo inminente,
el retroceso no estaba en sus planes.
En la televisión dejé mi corazón.
Justo antes de salir, la miré y sonreí,
rápido recité nuestra mimada canción.
Y una lágrima vi caer por su mejilla…
En la televisión nada es lo que parece.
Me coroné en el amor idealizado,
todavía lo recuerdo y me estremece,
aunque duela, la querré hasta morir.
Adiós mi pequeño bombón,
adiós caótica televisión,
adiós impertinente razón,
adiós para siempre, dentro de mi corazón…
Me encanta la poesía, enhorabuena.
Saludos Insurgentes.