Joshua se despidió de su novia Marta, justo antes de entrar en la trigésima octava edición de Gran Hermano. Lo había conseguido después de los innumerables castings en los que había participado. No les hacía falta hablar, ya lo habían hecho durante mucho tiempo desde que se enteraron de que era el elegido. Lo tenían todo planeado al milímetro, mientras Joshua estuviera en la casa, ella lo defendería en el plató de televisión. En la segunda semana de concurso, él debería acercarse a una de las concursantes, Olivia, que era cómplice de la trama. Ambos concursantes comenzarían un romance, mientras que, en una de las galas, Marta fingiría un ataque de celos y dejaría a Joshua en directo. Sabían que esta artimaña les daría horas y horas de videos y debates, pretendían convertirse en los protagonistas de esta edición. Al tiempo que Marta se recorrería todos los platós, como novia despechada, ganando su dinerito, adquiriendo una fama que la permitiría concursar en otros realitys.
El concurso comenzó, Joshua comenzó a hacer amigos, especialmente de uno de los concursantes, Julián, nada anormal. Todo parecía ir según lo previsto. Pero la amistad entre Joshua y Julián comenzó a ir a más, hasta que surgió algo entre los dos, algo imprevisto; y saltó la bomba. La noche anterior a la segunda gala, las cámaras grabaron a los dos concursantes retozando bajo el edredón.
En Joshua se había despertado un sentimiento que tenía escondido, se había enamorado de Julián. Marta hizo lo que tenía previsto, lo que tanto había hablado con su novio, pero no fue nada fingido, fue muy real. La trama urdida por la pareja se había hecho realidad, de la forma que nunca hubieran imaginado, aunque consiguieron su objetivo de llenar horas y horas de programa.
Me ha gustado, enhorabuena.
Saludos Insurgentes.