«La otra vida»

31 de octubre del 2020, ha pasado un año desde entonces y la extraño como el primer día.
La busco desesperado por las calles, necesito verla. La busco en todos y cada uno de los sitios que solía frecuentar. Nada. Es como si se hubiera esfumado por completo.
Finalmente, a punto de rendirme, voy al lugar en el que pensé que jamás estaría y allí, a lo lejos, vi su cuerpo sentado sobre la fría hierba, tan delicado como siempre. Me acerco para poder verla mejor y me coloco a su lado. Sus ojos dulces, inundados en las lágrimas más tristes. Toco su hombro y me agacho junto a ella. Agarro su mano y le susurro las palabras que llevo guardando todo este tiempo, esperando poder decírselas una última vez: “Te quiero y siempre te querré”. Levanta su mirada limpiando esas gotas de agua salada que brotan de esos ojos cálidos color café. Me busca con la mirada pero no puede verme, aun así tengo el placer de verla sonreír una última vez. Las brumas la rodean y la nostalgia es fácilmente palpable en el ambiente. La he echado tanto de menos que ahora que la he vuelto a encontrar, me cuesta demasiado irme, pero es lo que debo hacer, ella tiene que poder ser feliz. Deposita las flores y un tierno beso en la fría lápida, se levanta y la oigo susurrar: “yo también te quiero y siempre te voy a querer”. Y con esas palabras resonando en mi cabeza, veo esa luz tan brillante, me despido de ella y me voy a lo que mucha gente llama, “la otra vida”.