-¡A ver niños, por favor, bajad la voz ya! Dijo con un grito que a él también le sorprendió.
Ese día le dolía muchísimo la cabeza, y le estaba resultado cada vez más difícil dar clase. Por fin sonó el timbre, recogió sus cosas y se fue derecho al despacho del director. Llamo con los nudillos y sin esperar respuesta asomó la cabeza. -Diaculpa Damián -dijo con un hilo de voz.
-Luis que mala cara tienes, ¿que ocurre?
-No lo sé, llevo unos días que me noto raro, pero es que hoy la cabeza me va a estallar, me voy casa.
-Claro -dijo el director con cara de preocupación - mejórate
Iba por la calle cuando las piernas le empezaron a fallar, la sienes le daban unos martillazos insoportables, la vista se nubló y cayó al suelo inconsciente.
-Luis -escuchaba como en la lejanía.
Abrió los ojos despacio, estaba desorientado. A su lado estaba su mujer con los ojos rojos de haber llorado y en el lado izquierdo una máquina.
Marina, ¿que ha pasado, que hago aquí, que esto q tengo aquí ?- decía tocandose el cuello.
Ella le hablaba con voz dulce para intentar calmarlo a la vez que le salían las lágrimas.- estás en urgencias , has tenido un fallo renal y te han tenido que poner este catéter provisional para limpiar tu sangre.
¿Y cuanto tiempo tengo que estar aquí?
-Solo te queda una hora de sesión, pero cuando termines vas a subir a planta y hablarán los nefrólogos contigo.
Las palabras de una médica fueron como si hubiese caído un meteorito. Desde ese dia, necesitaría ir 3 veces al hospital a hacer diálisis hasta que llegara un trasplante de riñón y pudiera volver a hacer una vida normal.
Mi don, saber hacer reír
Mi sueño , ser una gran escritora que ayude a los demás con mis…
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Bien relatado.
Saludos Insurgentes