«Perfectamente imperfecto.»

- Eso es absurdo.
- ¿Cómo dice? - Julián levantó los ojos de su cuaderno para encontrarse cara a cara con un hombre de ojos dorados leyendo por encima de su hombro. El hombre tenía el cabello plateado y suelto, cayendo por sus hombros, y parecía inmune al calor.
- Ese personaje que describes, es ridículo, - repitió el hombre, con una ceja alzada y sin dignarse a mirar a Julián a los ojos. - Un protagonista perfecto sólo hace enfadar al lector, no es creíble.
- No tiene que ser creíble, - defendió Julián. - Sólo tiene que enganchar a las lectoras lo suficiente como para que me compren la siguiente novela.
El desconocido gruñó una carcajada.
- Además, lo importante de la trama es... Es el enamoramiento, lento, apasionado, la espera hasta la culminación del romance...
- ¿Tú saldrías con alguien así? - Preguntó el desconocido, atravesando con su mirada dorada los ojos azules de Julián. - ¿Con alguien tan perfecto que jamás te permitiera cometer tus propios errores? ¿Con alguien que siempre te mirase por encima del hombro, en lugar de pensar cada mañana que eres la persona más preciada para él?
Julián abrió la boca como para contestar, pero la cerró de inmediato. Ya había salido con alguien así, de hecho, alguien así era exactamente quien le había roto el corazón.
- Estoy bastante cansado de la perfección, en realidad.
- Menos mal, - sonrió el desconocido. - Estoy bastante lejos de ser perfecto y llevaba días queriendo invitarte a... A tomar algo, y después de leer 'esa' descripción, había perdido la esperanza.
- ¿Tu forma de ligar conmigo es criticando mi trabajo? - se sorprendió Julián, incapaz de contener su sonrisa.
- Te lo he dicho, no soy perfecto - se ruborizó el desconocido.
- Quizás eso sea bueno - decidió Julián. - ¿Te sientas conmigo y me ayudas, entonces?
El desconocido sonrió tímidamente, sentándose al lado de Julián.