“Rubio, paga la coca”
Desde detrás de la cortina podía ver la gran pintada que ocupaba parte de la pared del edificio que daba frente a mi casa.
Carmona había aprendido a escribir.
“Rubio, ten cuidado, cada día en el mundo ocurren más de seis mil accidentes domésticos”
Ese era el último mensaje de Carmona en mi contestador.
Y yo que no salía de casa para no morir.
“Vendo Pulitzer”
Ese era el anuncio que acababa de poner en una conocida casa de compraventa para poder pagar la coca.
“Rubio, tengo un negocio, me han llamado para que participes en un concurso”
Acababa de mandarme un WhatsApp mi agente.
Aún hay gente que se acuerda de mí, que quiere verme.
Un programa de gran audiencia en el que te encierran en una habitación junto a otros concursantes.
Por fin levanto cabeza, por fin llega el día y un coche me lleva a un almacén.
“…y las cámaras dejaran de grabar en tres, dos uno”
Esa es la voz en off de un hombre al que no veo.
Al que sí veo es a un señor que entra por la puerta.
- Hola Rubio
- Hola Carmona
Maldita adicción!!
Saludos Insurgentes.