El siglo XVI representaba años duros para las mujeres, en especial para aquellas que querían destacar en el terreno cultural. Su propósito en la vida estaba escrito desde que nacían y su posición siempre estaría marcada por sus padres y, más tarde, por sus esposos. Pero Joan veía el mundo de otro modo. Le gustaba perderse entre líneas y líneas para dejarse llevar, a través de su imaginación y esos relatos, a otros mundos lejanos, a otras vidas y sentir lo que esos personajes sentían.
Eso para ella no era algo difícil, tenía como referente cultural a su hermano William. Le encantaba leer lo que escribía y compartir con él las impresiones que sus escritos le transmitían.
Una fría y lluviosa mañana algo le impulsó a coger papel y pluma y fantasear con personajes que se enamoraban en la ciudad italiana de Verona, una historia de amor que no llegaría a buen puerto pues la tormentosa relación que existía entre sus familias haría naufragar su relación cual barco a la deriva. Romeo y Julieta llamó a ese texto. Cuando por fin la tuvo terminada, con orgullo y entusiasmo, la enseñó a su familia.
Esperaba ansiosa la reacción de William y éste quedó boquiabierto ante la perfección de la obra, tanto en contenido como en forma. La satisfacción pronto se vio truncada con un golpe de realidad cuando presentaron la obra ante el círculo cultural más cercano del dramaturgo con el fin de conseguir el respaldo suficiente para sacarla adelante. Esa obra con autoría de mujer no llegaría a recordase a lo largo de la historia, ni siquiera sería conocida en la propia Inglaterra. Recomendaron a ambos hermanos que, puesto que William ya tenía algunas publicaciones bien reconocidas, lo mejor sería publicar la obra así:
Romeo y Julieta de William Shakespeare
😉👍🏼
🤦♂️🤦♂️
Bonita historia!
Saludos Insurgentes