Querido yo de hace diez años,
Quizás me notes un tanto extraño al leer cada palabra, como si fuese un paso. No lo sientes, pero puedo ver y notar todo lo que corre por tu mente, esos gritos de auxilio, tus ojos apagados, llorosos con un alma destrozada, pero de lo que nadie se da cuenta porque te escondes tras una pared lúcida y escandalosa, tapándote, esperando a que llegue alguien que te saque de ese agujero interminable del que no ves una salida.
Te escribo para darte un mensaje de esperanza, porque es lo que más falta te hace ahora. Se que son momentos difíciles y pensarás, ¿porque a mi me tiene que tocar?. Pero estate tranquilo, todo irá mejor con cada cada paso que des por esas piedras que tanto te hacen caer, pero de las que luego te vuelves a levantar.
Te puedo asegurar un futuro brillante, siendo el que más destaque por esa sonrisa que un día te quitaron y nadie vino a devolverte. No pares, porque todo lo que te viene será lo que te salve de querer ese sueño profundo que tanto deseas y tienes en mente. Aquí te espera una vida de ensueño, esa que ves muy lejos, pero que en realidad lo tienes a mano, solo que de momento para ti es invisible, intangible. Como esa casa, trabajo o amor que tan lejos veías, que no tardarán en llegar de la manera más inesperada, pero bonita.
Querido yo de hace diez años, vale la pena romper esa pared a la que tanto miedo tienes de ver. Un día lo harás, y tu vida empezará a mejorar. Porque si no lo hace, pregúntate una cosa, ¿vale la pena llorar cada noche por gente que no te valora?