Querido… emmm… ¿Pero tú quién eres?
¡Venga ya! ¡Eso es imposible! ¿Qué tú eres yo? ¿Con esa cara? ¿Pero, de verdad, te has parado un instante a mirarte en el espejo? Me había olvidado ya de las pintas que llevaba hace unos años. ¡Solo recordarlo, me traumatiza!
Bueno, vayamos al grano que, aunque me gustaría ponerte al día de muchas cosas, tengo limitado el número de palabras que puedo escribirte.
Hace unos días me dieron la posibilidad de enviarle una carta a mi yo del pasado, para darle la oportunidad de cambiar algunas cosas en su vida y acepté sin dudarlo. Aunque no me permiten darte detalles de lo que ha pasado en este tiempo, sí que puedo aconsejarte para que no cometas los mismos errores que yo. A partir de este momento, presta mucha atención que, como es obvio, no te lo repetiré dos veces.
Lo primero que voy a decirte es que deberías tomarte la vida más en serio. El tiempo de borracheras, cerrar discotecas y desfasar como un loco hasta el amanecer, ya pasó. ¡Asienta la cabeza de una vez por todas, que ya vas teniendo una edad!
Ten en cuenta también que, si no quieres acabar durmiendo debajo de un puente, ya puedes empezar a centrarte y estudiar para poder convertirte, un día, en alguien de provecho.
Y lo más importante, empieza a escuchar a tu corazón y déjate de tantos prejuicios. Cuando menos te lo esperes, aparecerá una persona maravillosa en tu vida y, si no estás atento, te estarás arrepintiendo el resto de tu vida por no haber sabido tomar una decisión a tiempo.
Por favor, hazme caso y date una oportunidad a ti y, de paso, otra a mí. Ya verás como nuestras vidas pronto cambian para bien.
¡Ánimo! ¡Tú puedes! Cuento contigo.
Muy bueno, enhorabuena.
Saludos Insurgentes.