Perplejos ante su escandalosa aparición, se agazaparon en la espesura para observar cada detalle. Aquellas deidades gigantes habían atravesado el oleaje con alas tan blancas como la nieve. Ya en la orilla, no paraban de alumbrar extraños seres humanos que se movían con admirable agilidad, como si supieran exactamente qué hacer desde su nacimiento.
Tras días de observación, convinieron en que eran una nueva tribu de piel pálida, extremidades largas y coloridas miradas que no paraban de estudiar el terreno. Algunos de ellos, sin duda guerreros, poseían una piel férrea y dura contra la que poco podrían hacer las flechas y las lanzas. Otros, de aspecto menos intimidante, cultivaban la tierra y trababan amistad con los otros pueblos vecinos.
Los primeros acercamientos fueron más bien tímidos: saludos en la distancia, intercambios de pequeños regalos y alguna que otra sonrisa. Cuando se presentaron formalmente ante su líder, que con aquella coraza gris parecía más una tortuga que otra cosa, este apareció montado sobre una magnífica bestia cuadrúpeda a la que llamó caballo. Les enseñó a montarla y al final del día se la entregó como sello de la alianza que pretendía establecer con los suyos.
En compañía del animal, volvieron a su pueblo, donde reunieron al consejo para contar sus peripecias con los extraños:
—Muchos son monstruos: queman, derriban y matan con diminutas flechas de fuego. Inspiran miedo y combatirlos significaría la muerte.
—Pero otros poseen conocimientos avanzados de curación, crean refugios altos y robustos y nos ofrecen alimentos que nunca antes habíamos podido saborear. Son capaces de cosas extraordinarias y bien podrían ser dioses.
—¡Monstruos y dioses! —los atajó un anciano—. Dejaos de cuentos, entonces. Si usáis ambas palabras, hijos míos, es porque en realidad no hablamos ni de los unos ni de los otros, sino solo de hombres.
Y no hagas caso de nadie. Los buenos consejos siempre deberían ser bien recibidos. Luego seguirlos o no, ya depende de cada uno, pero de escucharlos (leerlos en este caso) siempre se aprende. Todos tenemos algo que enseñar.
A mí me puedes aconsejar lo que quieras :)
Enhorabuena.
Saludos Insurgentes.