Cómo consiguieron acercarse tanto sin que ninguno de mis hermanos de la tribu nos diéramos cuenta, es un misterio que no comprendo. Quizás estábamos sumergidos en nuestro mundo sin pensar que otros humanos más poderosos que nosotros podrían venir a arrebatarnos nuestra cultura ancestral.
Solo puedo escribiros lo que mis ojos tuvieron que soportar al ver aquellos hombres con palos de hierro cuando descendieron de esas naves de agua.
Al principio eran amables, querían comunicarse con nosotros. El líder de nuestra tribu, habló con ellos a través de los signos.
Les hicimos una fiesta mostrándoles nuestra “Danza legendaria”, esa que solamente bailamos en las ocasiones muy importantes.
Les obsequiamos con toda nuestra riqueza; sacamos la mejor comida que teníamos, cazamos las mejores piezas, les servimos las frutas más exquisitas que recolectamos exclusivamente para ellos.
Les ofrecimos el extracto de jugo de bayas y peyote y fumaron de la pipa colectiva las hojas de coca…
Y ahí perdieron la cabeza.
Esos que nos llamaban “salvajes” empezaron a encariñarse con nuestras mujeres y niñas. Nuestras madres, hermanas, primas, tías…
Los abusos sexuales se perpetuaban por toda la aldea. Hubo un momento que había más salvajes que mujeres, pero no les importó; fueron a por los varones.
Los golpes, palizas y aberraciones a toda mi tribu, continuaron los siguientes días.
Quemaron parte de las chabolas y tiendas del poblado.
Nos intentaron aniquilar; muchos perecieron. Otros, conseguimos sobrevivir a costa de ver cómo nuestros seres queridos morían de las maneras más atroces que una persona en su sano juicio puede divisar.
Hoy escribo estas palabras para que mi pueblo, si consigue resurgir de las cenizas y recomponerse de todo el mal que les causó, no olviden esto: “NO LE DES DROGAS A LOS IDIOTAS; LA DROGA NO MATA, MATA LA IGNORANCIA”.
¡Un saludo!
Una historia que siempre se repite, incluso en la actualidad, el poder vence a la humildad.
Sólo un apunte, con el final no estoy de acuerdo, aunque sea irónico que así lo interpreto, creo que la droga siempre mata, tanto al ignorante como al que no.
Droga = ruina y destrucción.
Enhorabuena, buen relato.
Saludos Insurgentes.