«Grito de salvación»

- ¡Capitán! ¡Tierra a la vista! ¡Tierra a la vista!

Esas palabras fueron como una bendición para mis oídos. llevábamos más de dos meses a bordo buscando un trozo de tierra firme donde poder estacionar. Estábamos ya dándonos por vencidos pensando que moriríamos en este barco sucio y lleno de ratas.

Nos levantamos todos exhaustos a ver si era verdad lo que el tripulante estaba diciendo o era que estaba delirando, ya que no seria la primera vez que alguien empezase a ver cosas irreales. Pero no, era totalmente verdad. Se veía una pequeña isla de arena blanca, llena de bosques y agua cristalina cerca de donde estábamos. Parecía ser pequeña, pero totalmente suficiente para nosotros. Lo único que necesitábamos en esos momentos era estar sobre algo que no se tambalease día y noche, y un sitio que nos diese algo más de comida, ya que al ser tantos, las raciones para cada uno eran muy pequeñas.

- ¡Viva! ¡Lo hemos logrado!
- ¡No vamos a morir!

Se oían gritos de alegría por todo el barco. Estábamos todos muy emocionados llorando y abrazándonos muy fuerte. Empezamos una celebración con un gran banquete con la comida que nos había sobrado, que, aunque era poca, todavía daba para una buena cena. Y aunque era una de la mejores noticias que me habían dado en toda mi vida, me quede mirando fijamente a lo lejos del mar y pensando en que, ¿Y si todo era un sueño porque ya estaba muerto?